[0411] • PÍO XII, 1939-1958 • EL ROSARIO EN LA FAMILIA
De la Alocución Venuti como siete, a unos recién casados, 8 octubre 1941
1941 10 08 0003
[3.–] Rosario de los nuevos esposos, que vosotros, el uno junto a la otra, recitasteis en la aurora de vuestra nueva familia ante la vida que se abría para vosotros con sus alegres perspectivas, pero también con sus misterios y con sus responsabilidades. ¡Es tan dulce, en la alegría de estos primeros días de intimidad total, poner de esta manera esperanzas y propósitos del porvenir bajo la protección de la Virgen, toda pura y poderosa, de la Madre misericordiosa y amante, cuyas alegrías, y dolores, y glorias pasan por delante de los ojos de vuestra alma, a medida que se deslizan las decenas de Ave Marías, recordándoos los ejemplos de la más santa de las familias!
1941 10 08 0004
[4.–] Rosario de los niños. Rosario de los pequeños, los cuales, teniendo entre sus deditos todavía inexpertos las cuentas del Rosario, repiten lentamente, con aplicación y esfuerzo, pero ya con tanto amor, el Padre Nuestro y las Ave Marías que la madre pacientemente les ha enseñado. Se equivocan a veces, dudan y se confunden; pero ¡hay un candor tan confiado en la mirada que dirigen a la imagen de María, de Aquella que saben ya reconocer como su gran Madre del cielo! Después, será el Rosario de la Primera Comunión, que tiene un lugar aparte entre los recuerdos de tan gran día; hermoso, pero que no debe ser un vano objeto de lujo, sino un instrumento que ayude a rezar y que lleve el pensamiento a la Virgen Santísima.
1941 10 08 0005
[5.–] Rosario de la joven. Ya mayor, alegre y serena, pero al mismo tiempo seria y pensativa acerca de su porvenir; que confía a María, Virgen inmaculada, prudente y benigna, los deseos de entrega y don de sí misma, a los cuales siente abrirse su corazón; que ruega por aquél que todavía le es a ella desconocido, pero conocido de Dios, que la Providencia le destina y que ella quisiera que fuese también cristiano ferviente y generoso. Este Rosario, que tanto le gusta recitar el domingo juntamente con sus compañeras, deberá durante la semana rezarlo otra vez entre los cuidados de la casa y al lado de su madre, o en las horas del trabajo en la oficina, o en el campo, cuando tenga un momento libre para ir a la humilde iglesia próxima.
1941 10 08 0006
[6.–] Rosario del joven. Aprendiz, estudiante, agricultor, que se prepara trabajando valerosamente para ganar un día el pan para sí y para los suyos. Rosario que conserva preciosamente consigo, como un protector de la pureza que desea llevar intacta al altar el día de sus nupcias. Rosario que reza, sin respeto humano, en momentos libres para el recogimiento y la oración; que le acompaña bajo el uniforme militar, en medio de las fatigas y peligros de la guerra: que apretarán sus manos por última vez el día en que acaso la Patria le pida el supremo sacrifico, y que sus compañeros de armas encontrarán conmovidos entre sus dedos fríos y ensangrentados.
1941 10 08 0007
[7.–] Rosario de la madre de familia, de la obrera, de la campesina; sencillo, sólido, usado ya desde mucho tiempo, que acaso no puede coger en la mano sino a la noche cuando, bien cansada de su trabajo, encontrará todavía en su fe y en su amor fuerza para rezarlo, luchando con el sueño, por todos los seres queridos, por aquéllos especialmente que ella sabe más expuestos a peligros del alma y del cuerpo, que teme sean tentados o afligidos, que ve con tanta tristeza alejarse de Dios. Rosario de la mujer de mundo, acaso rica, pero con frecuencia cargada de preocupaciones y de angustias todavía más pesadas.
1941 10 08 0008
[8.–] Rosario del padre de familia, del hombre trabajador y enérgico que nunca olvida de llevar consigo su Rosario juntamente con la pluma estilográfica y el cuadernito de los negocios; a veces gran profesor, renombrado ingeniero, célebre clínico, abogado elocuente, artista genial, agrónomo experto, no se avergüenza de rezarlo con devota sencillez en aquellos momentos arrancados a la tiranía del trabajo profesional para templar su alma de cristiano en la paz de una iglesia a los pies del Taber náculo.
1941 10 08 0009
[9.–] Rosario de los viejos. Anciana abuela que hace correr incansablemente las cuentas entre sus dedos ya gastados, en el fondo de la iglesia, mientras puede arrastrarse hasta allí con sus piernas ya casi rígidas, y durante las horas de forzada inmovilidad, en su silla al lado del fuego. Anciana tía, que ha consagrado todas sus fuerzas al bien de la familia y ahora, aproximándose al término de una vida empleada en buenas obras, alterna con inagotada abnegación los pequeños servicios que todavía puede prestar con sus numerosas decenas de Ave Marías, que repite sin cansarse con su Rosario.
1941 10 08 0010
[10.–] Rosario del moribundo, apretado en la hora extrema, como un último apoyo entre sus manos temblorosas, mientras en torno a él, los seres queridos lo rezan en voz baja; rosario que quedará sobre su pecho juntamente con el Crucifijo y demostrará su confianza en la divina misericordia y en la intercesión de la Virgen, de que estaba lleno aquel corazón que ha cesado de palpitar.
1941 10 08 0011
[11.–] Rosario, en fin, de la familia entera, rezado en común, entre todos, pequeños y grandes; que reúne por la noche a los pies de la Virgen a los que el trabajo del día había separado; que los reúne con los ausentes y con los desaparecidos, cuyo recuerdo se aviva en una oración fervorosa; que consagra de esta manera el lazo que los une a todos, bajo la protección materna de la Virgen inmaculada, Reina del santísimo Rosario.
1941 10 08 0012
[12.–] [...] Responded, queridos nuevos esposos, a estas invitaciones de vuestra Madre celestial, conservando a su Rosario un puesto de honor en las oraciones de vuestras nuevas familias.
[FC, 217-225]
1941 10 08 0003
[3.–] Rosario degli sposi novelli, che voi l’uno accanto all’altra recitate nell’aurora della vostra nuova famiglia, innanzi alla vita che vi si apre con le sue liete previsioni, ma anche coi suoi misteri e con le sue responsabilità. È così dolce, nella gioia di questi vostri primi giorni di intimità totale, di mettere in tal guisa speranze e propositi dell’avvenire sotto la protezione della Vergine tutta pura e potente, della Madre amante e misericordiosa, di cui le allegrezze, i dolori e le glorie ripassano davanti agli occhi dell’anima vostra, a mano a mano che si susseguono le decine di Avemmarie, rammemoranti gli esempi della più santa delle Famiglie!
1941 10 08 0004
[4.–] Rosario dei fanciulli: rosario dei piccoli, i quali, tenendo fra le loro minute dita ancora inesperte i grani della corona, ripetono lentamente, con applicazione e sforzo, ma pure già con tanto amore, i Pater e le Ave, che la madre ha loro pazientemente insegnati; sbagliano, è vero, talvolta, esitano, si confondono; ma vi è tanto fiducioso candore nello sguardo che fissano sull’immagine di Maria, di Colei nella quale sanno già riconoscere la loro gran Madre del cielo! Poi sarà il rosario della prima Comunione, che ha un posto a parte fra i ricordi di quel gran giorno; bello ma non così che non rimanga ciò che deve essere, vale a dire non un vano oggetto di lusso, bensì lo strumento che aiuta a pregare e richiama al pensiero Maria.
1941 10 08 0005
[5.–] Rosario della giovane, già grande, lieta e serena, ma ad un tempo seria e pensosa dell’avvenire; che confida a Maria, Vergine Immacolata, prudente e benigna, i desideri di dedizione e di dono di sè, ai quali ella sente aprirsi il suo cuore; che prega per colui, a lei ancora ignoto, ma conosciuto da Dio, che la Provvidenza le destina, ed ella vorrebbe, simile a sè, cristiano fervente e generoso. Questo rosario, che ama tanto di recitare la domenica insieme con le sue compagne, dovrà durante la settimana dirlo forse fra le cure della casa a fianco della madre, o fra le ore di lavoro in ufficio, o in campagna, quando avrà un momento per recarsi nell’umile vicina chiesetta.
1941 10 08 0006
[6.–] Rosario del giovane, apprendista, studente, agricoltore, che si prepara, lavorando coraggiosamente, a guadagnare un giorno il pane per sè e per i suoi; corona che egli conserva preziosamente indosso, come una protezione di quella purezza che vuole portare intatta all’altare il dì delle nozze; rosario che recita senza rispetto umano nei momenti liberi per il raccoglimento e la preghiera; che l’accompagna sotto l’uniforme militare, in mezzo alle fatiche e ai cimenti della guerra; che stringerà un’ultima volta il giorno, in cui forse la patria gli domanderà il supremo sacrificio, e che i suoi compagni d’arme troveranno commossi fra le sue dita fredde e sanguinose.
1941 10 08 0007
[7.–] Rosario della madre di famiglia: della operaia o della contadina, semplice, solido, usato già da molto tempo, che essa non potrà forse prendere in mano se non la sera, quando, ben stanca della sua giornata, troverà ancora nella sua fede e nel suo amore la forza di recitarlo, lottando col sonno, per tutti i suoi cari, per quelli specialmente che sa più esposti a pericoli nell’anima o nel corpo, che teme tentati o afflitti, che vede con tanta tristezza allontanarsi da Dio. Rosario della donna di mondo, forse più ricca, ma spesso gravata da preoccupazioni e da angosce ancor più pesanti.
1941 10 08 0008
[8.–] Rosario del padre di famiglia, dell’uomo lavoratore ed energico, che mai non dimentica di portare seco la sua corona insieme con la penna stilografica e il taccuino di affari; che, gran professore, rinomato ingegnere, celebre clinico, avvocato eloquente, geniale artista, agronomo esperto, non arrossisce di recitarla con devota semplicità nei brevi momenti strappati alla tirannia del lavoro professionale, per andar a ritemprare l’anima sua di cristiano nella pace di una chiesa, ai piedi del tabernacolo.
1941 10 08 0009
[9.–] Rosario dei vecchi. Vecchia nonna, che ne fa scorrere instancabilmente i grani fra le sue dita rattrappite, in fondo alla chiesa, finchè ella vi si può trascinare con le sue gambe irrigidite, o durante le lunghe ore di forzata immobilità sul seggiolone accanto al focolare. Vecchia zia, che tutte le sue forze ha consacrate al bene della famiglia, ed ora approssimandosi al termine di una vita tutta spesa in opere buone, alterna, inesauribile nella sua dedizione, i piccoli servigi, che ancora può rendere, con le numerose decine di Avemmarie, che dice senza posa con la sua corona.
1941 10 08 0010
[10.–] Rosario del morente, stretto nelle ore estreme come un ultimo appoggio tra le sue mani tremanti, mentre intorno a lui i suoi cari lo recitano a bassa voce; rosario che resterà sul petto di lui insieme col Crocifisso, ad attestare la fiducia nella misericordia divina e nella intercessione della Vergine, onde era pieno quel cuore che ha cessato di battere.
1941 10 08 0011
[11.–] Rosario, infine, della famiglia intiera, recitato in comune da tutti, piccoli e grandi; che aduna la sera ai piedi di Maria coloro che il lavoro del giorno aveva separati e dispersi; che li riunisce con gli assenti e gli scomparsi, il cui ricordo si ravviva in una fervente preghiera; che consacra in tal guisa il legame che li congiunge tutti sotto il presidio materno della Immacolata, Regina del SS.mo Rosario.
1941 10 08 0012
[12.–] [...] Rispondete, cari sposi novelli, a questi inviti della vostra Madre celeste, conservando al suo Rosario un posto d’onore nelle preghiere delle vostre nuove famiglie.
[DR 3, 219-222]