[0982] • JUAN PABLO II (1978-2005) • LA FUNCIÓN DE LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA
De la Homilía en la Misa en la parroquia de Santo Tomás de Aquino, Roma (Italia), 10 mayo 1981
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6. [...] En efecto, cada uno de los bautizados tienen su parte de responsabilidad en la Iglesia, la cual se reconoce y se ejercita tanto más cuanto mayor conciencia se tiene de la propia conformación con Cristo y se la vive. Como escribe San Pablo, “a cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad... Pues vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno en parte” (1 Cor 12, 7. 27). Y es posible realizar esta función a nivel muy práctico. Por ejemplo, los padres tienen una misión pastoral en relación con los hijos, ya que están encargados de su educación no sólo humana, sino también cristiana; por otra parte, también los hijos deben tener una solicitud especial para con sus padres, sobre todo cuando éstos son ancianos y son atendidos cariñosamente, pero también de ordinario para corresponder a los cuidados y al afecto de que han sido rodeados. Además, también entre marido y mujer es necesaria una atención mutua, que no se expresa sólo mediante el amor conyugal, sino también con actitudes de ayuda en las dificultades, de crecimiento común en la fe y de recíproca exhortación a la vida cristiana.
[Enseñanzas 9, 317]
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6. [...] Ciascun battezzato, infitti, ha una sua parte di responsabilità nella Chiesa, che viene tanto più riconosciuta ed esercitata quanto più si ha coscienza della propria conformazione a Cristo e la si vive. Come scrive San Paolo, “a ciascuno è data una manifestazione particolare dello Spirito per l’utilità comune... Ora voi siete corpo di Cristo e sue membra, ciascuno per la sua parte” (13). Ed è possibile realizzare questa funzione a livello molto pratico. Per esempio, i genitori hanno una missione pastorale nei confronti dei figli, poichè sono preposti alla loro educazione non solo umana ma anche cristiana; d’altra parte, anche i figli devono avere una speciale sollecitudine verso i genitori, soprattutto quando questi sono anziani e vanno amorevolmente accuditi, ma pure in via normale per ricambiare le cure e l’affetto di cui sono stati circondati. Inoltre, anche tra marito e moglie è necessaria una vicendevole attenzione, che non si esprime solo mediante l’amore sponsale, ma altresì con atteggiamenti di sostengo nelle difficoltà, di comune crescita nella fede e di reciproca esortazione alla vita cristiana.
[Insegnamenti GP II, 4/1, 1163]
13. 1 Cor. 12, 7, 27.